jueves, 18 de febrero de 2010

Labrador

Para algunos solo eras un animal de compañía,
pero yo te quería.
Tu pelo suave yo acariciaba,
y tú, dulces besos me dabas.

Tus ladridos, dulces melodías,
hacías de despertador todos lo días.
Devorabas todas las pelotas,
y también escondías mis zapatillas y botas.

Destrozabas la plantas del jardín,
y tu pelo claro se manchaba de verdín.
Luego te tenía que lavar
y tú con las burbujas te ponías a jugar.

Kenia


Desde pequeñas,
un añito tenía yo,
fuimos como hermanas,
te quiero tanto.
Tú eras la luz que iluminaba
todo lo que había a mis pies,
ahora sin ti
tropiezo sin cesar.
Todas las noches,
al escuchar la canción sonora,
tu recuerdo me invade
y me hace llorar.
Como el río de aguas cristalinas
que cruza, parte y divide
el sendero por el que camino,
tu recuerdo es así.
Tu nombre,
un recuerdo frío y duro,
pero a la vez cálido y abrumador,
Kenia.

Solo tú me haces daño

Solo quiero huir, escapar de aquí,
solo me haces sufrir,
no me dejas vivir, siento que no te pertenezco a ti,
parece que me odias y yo lo creo así,
solo me gritas y no me paras de reñir.
Solo quiero vivir en un mundo sin ti,
pero a veces te extraño y por eso no me puedo ir,
y porque aunque no lo parezca te quiero aquí,
y no me quiero separar de ti.

Te amo

Mi amor me doy cuenta que te amo,
que eres mi vida,
que estoy enamorada de ti,
si te vas mi vida ya no tendría sentido,
así que por favor nunca te vayas de mi lado,
y ámame como yo te amo a ti.
Y así los dos seremos felices,
porque sé que me amas con locura,
como yo te amo a ti.
Somos dos almas gemelas,
el destino nos unió.
Eres mi media naranja.

martes, 9 de febrero de 2010

La venganza

Era una noche tranquila, demasiado tranquila para lo habitual en la villa de Rivadavia. Estaba yo sentado en la puerta de mi casa comiendo pipas, ya que era una noche tranquila aproveché. En esto que vi a dos hombres discutiendo a grito tendido, uno de ellos sacó un arma y le disparó tres tiros seguidos en el pecho, en esto que apareció por ambos lados de la calle mucha gente, se trataba de dos bandas rivales y los dos hombres que discutían ambos cabecillas de las bandas. Mi padre me cogió por el estómago y me metió para dentro de casa, cerró la puerta, y se abrió el fuego enfurecido. Todo era ruido de disparos, ventanas rotas, gritos de gentes etc. Yo le pregunté que por qué no venía la policía y hacía algo, él me contestó que la policía no hacía nada, que no les interesaba que muriese gente. Después de unos diez minutos de ruidos, reinó la calma, yo me fui a la cama pensando en lo que me había dicho mi padre de la policía. A la mañana siguiente me levanté pronto para ducharme e ir a colegio, desayuné y marché camino del colegio. A medida que iba caminando observaba que las cosas habían cambiado mucho en el barrio. Ya no era lo mismo que era hace unos años. Había gente que se drogaba en cada esquina, niños ejerciendo la prostitución, gente con armas en la cintura por protección, niños robando a plena luz del día, en fin cosas que hacen que salgas a la calle con miedo. Yo por eso solo salía a la calle para ir de casa al colegio y del colegio a casa y por la noche se complicaba, violaciones, asesinatos, etc. Yo soy una persona que quiere mucho a su familia y que soy capaz de hacer cualquier cosa por mis padres y mis hermanos, incluso matar. Un fin de semana volvían a casa dos hermanas mías, después de una noche de fiesta con sus novio, en esto que faltaba menos de una manzana para llegar a casa aparecieron dos chicos encapuchados, uno con un revolver y otro con una navaja, les pidieron el dinero a gritos y cuando se lo dieron, el del revolver asestó un tiro en la frente a uno de mis cuñados y otro tiro a mi otro cuñado cuando intentó hacer algo una de mis hermanas una puñalada le atravesó el pulmón y la mató y a mi otra hermana dos puñaladas en el estómago que la dejaron mal herida pero no la mataron, la dejaron en cuidados intensivos. Yo me enteré a la mañana siguiente, la noticia me destrozó me rompió el corazón con 15 años y sufro la pedida de una hermana y a la otra si la quiero ver la tengo que ver en una camilla atada a unos tubos para respirar, ver a mis padres y hermanos destrozados, no puedo soportarlo. Por la noche cuando todos dormían me levanté para ir al baño y escuché a mi padre hablar en el patio, me acerqué y vi a mi padre de rodillas y con las manos cruzadas y rezando en susurros, decía que ojala muriesen los desalmados que le habían hecho eso a mis hermanas.
Volví a la cama sin hacer ningún ruido para que mi padre no me escuchase. No pude dormir en toda la noche pensando en mis padres y en mis hermanos.
El sábado a las once y media salí de mi casa y fui hacia la esquina donde se encontraban los más peligrosos, malos, ladrones, asesinos... Con mucho miedo y en voz tranquila dije -quiero comprar un arma- Todos se giraron hacia mí, se rieron a carcajadas en mi cara. Todos menos uno que se quedó sentado mirándome con mirada fría. En esto saqué un fajo de billetes del bolsillo. Todos se quedaron serios. El que me estaba mirando serio me dijo -¿vienes por lo de tus hermanas?- Yo le dije que sí y me respondió -¿estás seguro? - Llorando le dije que sí. Me preguntó si sabía quiénes eran los que les habían hecho eso a mis hermanas. Yo en eso no había pensado. Me dijo que si hacía algunos trabajos para él me los entregaba. Acepté. Me dijo que volviera el siguiente sábado.

Se trataba de esperar en la puerta de un pub y recibir un paquete y entregárselo a él.

Salió todo muy bien, pero me esperaba otro trabajo. Me dijo que volviera el sábado siguiente.

Cuando llegué a su casa estaban todos preparándose para algo que parecía gordo, efectivamente se trataba de un ajuste de cuentas.

Me dieron un arma y me preguntó ¿sabes usarla? Obviamente no sabía usarla, pero le dije que sí. Me dio una 9 milímetros. No había visto algo así nunca.
Cuando llegamos la calle estaba desierta, parecía aquella noche cuando discutían esos hombres. Apareció una banda por el otro lado de la calle, entonces el hombre para el que yo trabajaba se levantó del suelo con una repetidora y empezó a disparar. Volaban tiros por todas partes. Yo seguía en el suelo muerto de miedo, cuando vi que se acercaba por un extremo un tío y apuntaba a mi jefe. Pensé que si lo mataba no obtendría a los tíos que habían matado a mi hermana. Fue cuando pensé rápido, me levante y mate a ese tío. De repente se acabaron todos los disparos. Se acercó el jefe de mi banda, me dio un abrazo y me dijo -me salvaste la vida- yo le pregunté qué había pasado, por qué se había acabado todo y me respondió que yo había acabado con el cabecilla de la otra banda.
Me cogieron dos chicos de mi misma banda y me alzaron en brazos y fuimos a nuestro garito. Empezamos a beber y a celebrarlo.
Me acerqué al hombre para el que trabajaba y le pregunté, ¿cuándo terminaré de hacer trabajos y me entregarás a esos tíos? Me respondió -creo que ya te lo mereces- chasqueó los dedos y los chicos me los trajeron. Estaban atados de manos, los dejaron en el suelo y la cabeza me decía mátalos y el corazón lo mismo. Empecé a darles patadas,
pero sin matarlos había alguien que lo deseaba más que yo. Les pedí a unos chicos que me ayudaran a llevarlos. Entré en casa y le dije a mis padres llorando -Dios oyó vuestras plegarias- y grité -!!!entrad!!!- y los chico de mi banda entraron en mi casa con esos tíos. Mi padre me miró y me dijo -gracias de verdad gracias- Y con la voz seria y alta dijo - VENGANZA-.

El carpintero y sus hijos

Érase una vez un carpintero que vivía en una aldea con su mujer y sus 4 hijos. La mujer cuidaba de los animales y de sus hijos.

Al cabo de tres años la madre enfermo. Su marido tuvo que dejar de trabajar para estar con sus hijos. Pasado un mes o así la madre murió. El marido fue el que peor lo llevó, pero gracias a sus hijos luchó por todo. Su hija mayor era la que le ayudaba en todo. Mientras que el padre estaba trabajando ella se encargaba de ordeñar las vacas y de lo que podía hacer, también les preparaba el desayuno a sus hermanos

Los más pequeños limpiaban su habitación pero no hacían nada más porque su padre prefería que estudiasen para que tuviesen una carrera y pudiesen trabajar de algo que les gustase

Todos los domingos iban al cementerio a llevarle un ramo de flores. Su hijo más pequeño es el que más lloraba y su padre si lo veía llorar se ponía muy triste.

Al cabo de 3 años el padre se casó con una mujer con mucho dinero, pero el padre no la querían por el dinero sino porque se portaba muy bien con él y sus hijos

Dejaron de vivir en el monte para vivir en una ciudad. Los niños cuando vieron un montón de gente corriendo de aquí para allá con bolsas y cosas así quedaron alucinados, la madrastra fue con los hijos del marido a una tienda donde había vestidos y pantalones que ellos nunca habían visto. Luego se fueron a un restaurante, pidieron comida para llevar porque los niños querían comer en el parque.

Los niños se divirtieron un montón pero empezaron a echar de menos a su madre, no le dijeron nada a su padre para que no se preocupara.

Cuando llegaron a casa de su madrastra sintieron algo extraño allí dentro pero no sabían lo qué

A las 10 cenaron. A las 11 todo el mundo se tenía que ir a dormir. Las habitaciones estaban muy separadas. La del hermano mayor era la que estaba al fondo, es decir estaba más oscura que las demás. Cuando el hermano mayor se estaba quedando a dormir escuchó un ruido, el pensó que podía ser su padre mirando si ya estaban durmiendo, pero no, no era su padre. El niño metió la almohada debajo de las sabanas y él se metió debajo de la cama para ver quién era esa extraña sombra, cuando se acercó vio a una señora de unos 52 años o así con unos pelos no muy normales porque parecía que no había ido a la peluquería nunca, su rostro era pálido, era muy delgada, destapó las sábanas y cuando vio la almohada se fue corriendo. El hermano mayor con el miedo que tenía puso una silla en la puerta para que nadie pudiera entrar, se metió en casa sin mirar para atrás pero no fue capaz de dormir.

A la mañana siguiente, se lo contó a su padre, pero él no le creyó, le dijo que lo más seguro era que hubiese sido una pesadilla. El niño para no discutir con su padre le dijo que él también creía que había sido una pesadilla, pero el niño en verdad sabía que eso había sido real, pero que muy real. El niño le pregunto a sus hermanos si habían oído algo extraño y ellos le dijeron que no.

Cuando estaban comiendo la madrastra fue un momento a su dormitorio y el hermano mayor fue detrás de ella para ver si era ella la que se le había aparecido de noche y en efecto había sido ella. El hermano mayor se estuvo preguntando toda la hora de la comida por qué habría ido a su habitación, pero claro cuando entró ella parecía que tenía 52 años. ¿Pero cómo es posible? El no sabía cómo contestar a la pregunta que él mismo se había hecho.

Cuando se quedó a solas con el hermano mediano le dijo lo que le había pasado. Él se lo creyó porque no creía que su hermano mintiese con esas cosas. El hermano mediano le intento ayudar para saber por qué la madrastra había ido a la habitación y además aparentando 52 años.

Eran las 10:30 y el hermano mayor y el mediano se metieron en el dormitorio del padre y de la madrastra, exactamente debajo de la cama a las 11 su padre y la madrastra llegaron al dormitorio. A las 12 o así el padre ya estaba durmiendo pero la madrastra no. Al poco rato se levantó de cama y salió del dormitorio y el hermano mediano detrás la madrastra se sentó fueran en el jardín y empezó a llorar. Entonces el hermano mediano fue y le preguntó por qué lloraba. Ella le dijo que mañana se lo diría.

A la mañana siguiente el mediano se lo preguntó pero ella dijo que no había dicho nada de eso. El mediado se puso a pensar como nunca había pensado y se preguntó para sí mismo ¿será sonámbula? A lo mejor lo era quién sabe.

Por la tarde se lo preguntó a su padre. Él le dijo que no, que no era sonámbula, porque nunca se levantaba de cama por la noche. Entonces le dijo el mediano que ayer la había en el jardín y estaba llorando y que le había preguntado por qué estaba llorando y ella le había contestado que se lo diría mañana, es decir, hoy.

Pero ella negó todo porque dijo que no estuvo en el jardín ni llorando pero él sabía que la había visto. Este misterio va a ser difícil de que se acabe, pero habrá que intentarlo.

El hermano mayor decidió poner una cámara en el dormitorio para vigilar a la madrastra, el hermano pequeño fue el más valiente para entrar en el dormitorio y poner la cámara.

jueves, 4 de febrero de 2010

Tutibodymanchas


Un día lluvioso de verano, el pequeño Manuel fue a pasar dos días a Portugal con su familia. Pasaron la noche en un hotel llamado Hilton porque todavía no habían llegado a la aldea y estaban muy cansados.


Por la noche, el pequeño Manuel tenía mucha sed y, por lo tanto, fue al baño a por un vaso de agua, como en el baño el agua la encontraba algo caliente, decidió ir a la fuente de la entrada. Bebió hasta hartarse, luego fue al baño...


-¡Cuidado!


Le gritó una voz desde una de las duchas.


-Ten cuidado, va a por ti y a por tu familia.


Manuel comenzó a gritar.


-¡Mamá, ayúdame!...
A la mañana siguiente, Elisa, la madre de Manuel fue a la cocina a recoger el desayuno para Manuel y Cristian, su marido.
Durante el desayuno Manuel estuvo muy callado, sus padres pensaron que era a causa del sueño.


-Falta poco para llegar a la aldea- dijo Cristian con cara de agobiado.


Diez minutos después llegaron a la aldea. Manuel salió del coche muy asustado, pero a la vez muy contento por estar allí. En primer lugar se dirigieron a la casa rural donde habían ido a pasar dos días.


Lo primero que hicieron al llegar a la casa fue desempaquetar el equipaje, a continuación Elisa preparó algo de cenar mientras Manuel se tomaba un baño en la segunda planta, y Cristian encendía la chimenea.


Manuel terminó de ducharse y mientras hablaba con su madre comenzó a subir las escaleras para ir a la habitación a ponerse algo de ropa cómoda.


-¡Mamá, Mamá!- gritó Manuel -mira lo que tengo-.


Manuel fijó la mirada en su madre y se dirigió directamente hacia ella.


Tenía todo el cuerpo cubierto de una especie de manchas moradas.


Los padres de Manuel estaban muy asustados y preocupados porque Manuel no paraba de moverse de una manera muy extraña, diciendo cosas sin sentido de tal forma que decidieron llevarle al hospital.
De camino al hospital Manuel se encontraba cada vez peor. La madre pensó que las manchas que tenía por todo su cuerpo, podía ser por un virus llamado "Tutibodymanchas", que suele haber en el agua que llega desde la frontera de Rusia. Al llegar al hospital el enfermero que estaba de guardia le dijo que esperaran cinco minutos en la sala de espera porque iba a avisar a un enfermero especializado en estos casos de enfermedades venéreas. El médico le comentó que era una enfermedad incurable. Que las manchas que tenía por su cuerpo se iban a hacer cada vez más grandes, hasta que explotaran y todo su cuerpo se quedara cubierto de pus lila.


Al enfermero no le quedó otra alternativa que vendarlo completamente, para que cuando las manchas explotaran no se quedara de color lila.
Los padres del niño como ya era tarde se fueron a casa. Cuando todo acabó el enfermero llevó a Manuel con sus padres.
Manuel al llegar a casa vio que sus padres estaban dormidos, por lo que él también se fue a dormir.
A la mañana siguiente Elisa fue a despertar a Manuel, Elisa se llevó un espantoso susto al ver que había un intruso disfrazado de momia en la cama de su hijo Manuel.


La madre empezó a corretear por la toda la casa como una histérica para avisar a su marido y acabar con ese espantoso ser. El niño aún estaba totalmente dormido.
El padre de Manuel, al principio, estaba también un poco histérico por lo que le contó su mujer y por lo que vió con sus propios ojos.


El niño se despertó y rápidamente escuchó los gritos de sus padres. Iba a bajar las escaleras para poder contactar con ellos, pero le surgió un imprevisto, estaba completamente vendado de pies a cabeza, de tal forma que no era capaz de moverse. Se tiró al suelo para poder coger las tijeras. Las tijeras eran tan pequeñas que no servían para cortar el envoltorio que le cubría todo el cuerpo.

Manuel estaba muy nervioso porque no era capaz de sacarse las vendas. Lo intentó con las tijeras con un cuchillo e incluso con sus propios dientes, pero nada daba resultado, todo eso era muy difícil. Se tiró por las escaleras para poder ir a hablar con sus padres.
Manuel gritó y gritó pero sus padres no lo escuchaban, él seguía gritando desesperadamente. Finalmente los padres lo escucharon, fueron a su lado. El niño tenía el cuchillo con el que intentaba cortarse las vendas. Los padres lo vieron con el cuchillo en la mano y se asustaron aún más. Empezaron a corretear por toda la casa y Manuel los seguía corriendo y gritando desesperado piediendo ayuda. Al final los padres entraron en razón y se dieron cuenta de que escapar de su propio hijo iba a ser aún peor, por lo tanto Elisa lo cogió de la mano y le mandó sentarse en el sofá para poder hablar tranquilamente. Los padres y Manuel entraron en razón y decidieron llamar a un médico.

Al cabo de media hora el médico llegó a su casa, pensó que sería mejor operarlo por lo que lo llevaron al hospital y allí se inició la operación. Tardaron dos horas y diez minutos pero al final todo salió bien.

Después de la operación Manuel y sus padres volvieron a su ciudad natal donde siguieron con sus vidas como si nada hubiera pasado.