viernes, 29 de mayo de 2009

El salvador

Hace mucho tiempo, Iker, un niño de 4 años, estaba jugando en el parque con su hermano pequeño de un año y medio, cuando un chico mayor lanzó una pelota hacia su hermano, y él, instintivamente, se tiró y paró la pelota, salvando a su hermano de un pelotazo. Su tío, que lo estaba viendo, se quedó con la boca abierta.

Al día siguiente se inscribió en el Móstoles Club de Fútbol como guardameta.

Sus actuaciones como portero destacaban tanto que una persona del Real Madrid fue a ver un partido de él, y se quedó impresionado. 

Tres años después fichó por el segundo equipo del Madrid y a los 18 años ya jugaba en el primer equipo. A pesar de los años que lleva jugando al fútbol, sigue siendo el mejor portero del mundo. 
Ha ganado numerosos títulos con el Real Madrid, incluso una Eurocopa con la selección española, después de evitar tantos goles, se ha ganado el apodo de "EL SALVADOR".



Mi frente

Un día tuve que ir a casa de mi hermano para poder ver a su perro.

Cuando llegué a su portal vi que estaba rodeado de una alta y resistente verja de metal. La última vez que vine esta no estaba, así que por fuerza, esto debería ser por culpa del perro. Nos acercábamos al portal cuando de repente un enorme San Benardo empezó a ladrar. Entonces Javi salió a recibirnos como suele hacer

siempre, cogió el perro. Sólo cuando  dejó de ladrar lo soltó y empezó a correr otra vez. El perro vino saltando  de alegría abalanzándose sobre mí y tirándome al suelo con brusquedad, pero antes de que él pudiera empezar a lamerme, Javi lo llamó y él se fue. 

Después pudimos entrar en la casa para, una hora más tarde comer. Luego estuvimos viendo un programa sin más ni más. Más tarde  tuvimos que salir porque el perro estaba ladrando y ni siquiera Javi era capaz de hacerlo callar. Jugamos con el perro un buen rato, al final solía cansarse pero esta vez no ocurrió así, creo que era porque estaba demasiado nervioso. Lo prendió y cuando estuvo callado unos diez minutos lo soltó otra vez.

Un momento después empezamos a jugar al fútbol. Ya debía estar interesante el partido, en cambio era siempre interrumpido por el enorme perro. Tuvo que prenderlo para poder jugar tranquilos, luego se calló, nos quedamos sorprendidos, pero enseguida empezó de nuevo.

Siguió por malas ladrando y desde luego de alguna manera se soltó. La cadena debería de resistir pero por alguna razón tuvo que romper. Al conseguirse soltarse, de repente se abalanzó sobre mí, tirándome al suelo, que con tal mala suerte que me caí contra un bordillo de cemento.

Empecé a sangrar por una brecha que me hice en la frente. Me llevaron a urgencias y allí me dijeron que como mínimo serían tres puntos.

Los siguientes días estuve en la cama con una conmoción una semana, perdí casi dos semanas de clase en total. Ahora tengo una cicatriz en la frente de cuatro puntos.

un verano sin igual

Todo sucedió en un hermoso día de verano. Yo estaba en un campamento, en el cual hacíamos muchos deportes acuáticos, en ocasiones, también en tierra. Los deportes que más realizábamos eran el wind-surf, buceo, senderismo, vela.

Un día normal y corriente, hicimos piragua. Yo fui tranquilo, hasta que de repente una ola de unos 3 metro de altura, hizo que volcara, estuve durante 10 o 15 segundos debajo del agua, dado la vuelta. Cuando conseguí ponerme bien, observé que me habían dejado solo. Estuve remando por allí hasta que de pronto vi moverse algo allá a lo lejos, fui, y al llegar, no había nada. Yo me estaba preguntando qué podría ser aquello. Lo vi moverse otra vez, y otra. Estaba asustado, me fijé y ¿qué era?, un pez del tamaño de la pala del remo. Levanté la vista y vi dos piraguas a lo lejos. Remé y remé hasta que llegué, me di cuenta de que ellos no eran, pero valió la pena por que íbamos al mismo sitio.

Paramos a descansar en un islote, en el cual, había un árbol al que me subí y observé que estaba el lugar adonde queríamos ir. Cuando bajé, fuimos directamente hacia allí. Al fin llegamos, pero ya era de noche.

A la mañana siguiente me preguntaron todos que habia pasado y esa mañana en vez de hacer piragua les conté a todos lo que había sucedido.



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Cúando aprendí a nadar


                                                               "Cuándo aprendí a nadar"
Era un día tranquilo, de verano, en la playa de Menduiña. Estábamos toda la familia y todos estaban nadando,menos mi hermano y yo.Nos hacía ilusión ir a junto de ellos nadando.El problema era que los dos no sabíamos nadar, pero teníamos un problema. Mi padre estaba muy lejos y no quería volver ,para enseñarnos a nadar.La solución fue es que mi abuela estaba en la toalla. Y a ella le hacía ilusión que ella nos enseñara a nadar. A mi hermano le daba miedo aprender, pero nosotros lo animamos a que lo intentara.A si fue los dos fuimos al agua y toda la familia nos estaba apollando. Lo que mas me gusto fue cuando nos dieron confianza y nos dejaron solo a que aprendiéramos. Y desde entonces  mi abuela en verano nos recuerda donde aprendimos a nadar.  Ahora ella quiere enseñarle a nadar a los nietos de 2 años porque quiere que sepan como nos enseño.                                                           


miércoles, 27 de mayo de 2009



Vinieron Adrián y Pablo:
El otro día vinieron dos de mis mejores amigos a mi casa, Adrián y Pablo, hacía mucho tiempo que no estaba con ellos y cuando entraron por la puerta me emocioné y me puse muy contento.
Digamos que todo era normal hasta que los dos pequeños, mi hermano y Pablo, empezaron a jugar al típico juego de "Pressing Catch". <<>> decían, Adri y yo prevíamos una bronca tremenda, ya que ellos no podían jugar a los juegos con un código pegi de recomendación para más de dieciséis años, entre eso, y que se acababan peleando siempre, el chaparrón era inminente Adri me dijo, entonces, que fuésemos a jugar con el ordenador, que me había conseguido el juego que le había pedido. Lo instaló en dos minutos, pero a mi me pareció un tiempo muy largo. Empezé a jugar y enseguida me metí en el papel del personaje, y unos cuantos cliks más tarde había prosperado mucho y ya tenía mucho dinero. Adri me daba muchas instrucciones, como por ejemplo, como asignar acciones, como recuperarse, o como hacer "screenshots" o lo que es lo mismo, capturas del juego. Aunque al principio no era muy bueno, acabé haciéndolo bastante bien y con unos cuantos nuevos amigos alrededor del mundo (ya que el juego es online).
Más tarde apagamos el ordenador, pero decidimos volver a encenderlo para no tener que participar en la bronca que estaba sucediendo al otro lado de la casa. Al fin, nuestros padres terminaron de gritarles y pudimos volver a la habitación. Ahora, ambos hermanos pequeños jugaban con las portátiles, renegados, con una actitud pesada y aburrida, jugando rápidamente y sin pensar, respectivamente al juego de Naruto y al Dáxter. Pensamos a que podíamos jugar, y nos decidimos por el juego por excelencia de la simulacinón (a ambos nos gustaba este tipo de juegos) pero enseguida nos aburrimos y tuvimos que jugar a otro...
Como no nos dábamos decidido y aún quedaba mucho tiempo por delante, creimos que lo mejor sería salir fuera de casa para tomar un poco el aire y jugar al fútbol. Casi no nos costó convencer a los pequeños y en un par de minutos estuvimos en el parque. Empezamos a jugar al fútbol y en muy poco tiempo acabamos con Nico y Pablo, o lo que es lo mismo, el equipo "Indifinsis". Cansados de tan aplastante partido, fuímos a una bocatería muy apreciada por los cuatro, el Trix. La bocatería era una maravilla, y solía ser frecuentada por cumpleaños de niños pequeños, adolescentes de todo tipo y adultos generalmente bastante anchos. Se encontraba en una especie de plaza cerrada, con una barbería y una tienda de salchichas de Frankfurt, evidentemente cerrada por la potente competencia. Nos comimos una "Patatús", que es una hamburguesa grande, cargada de ingredientes irreconocibles, salsas de todo tipo y patatas de bolsa, cada uno, y más tarde volvimos a casa. Volvimos a la habitación a jugar a las consolas, y tras unas horas Adri y Pablo se fueron de nuestra casa. Lamentablemente ahora quedaba lo peor, mi hermano y yo tuvimos que recogerlo todo y, más tarde, irnos a la cama.

Excursión a Barcelona


Excursión a Barcelona

Corría el año 2007. El día antes de la excursión, que duraría probablemente 7 días, es decir desde el 17 de Mayo al 24 del mismo mes.
Como iba diciendo el día previo a la excursión estaba muy nervioso, tanto que esa noche no pude dormir más de 2 horas. Por lo que me quedé dormido más de la mitad del viaje.
Habíamos ido en avión hasta allá. Mi acompañante era Nerea, delante de nosotros Rebeca, detrás la verdad no me acuerdo, pero probablemente irían Fernando y Manuel.
Ciertamente no me acuerdo cuanto duró el viaje. Pero cuando bajamos del avión nos impresionaron mucho las vistas, eran muy bonitas y nunca antes nada me había impresionado tanto. Después cogimos el autobús y cuando íbamos en este las profesoras nos dijeran que las que no habían venido, que se habían quedado allí nos dijeron unas pruebas y se harían de dos en dos. La primera prueba les tocó a unas de quinto, tenían que imitar a unos monos, ¡que embarazoso! . Un rato más tarde fuimos al zoo, nos lo pasamos genial allí sobretodo con el tren.
Había todo tipo de animales y una exibición de delfines y una compañera nuestra tenía que darle de comer a los delfines.
Cuando llegamos al hotel, que por cierto era de tres estrellas. las habitaciones no eran como me las había imaginado: cómodas, grandes y limpias pero estas eran todo lo contrario: incómodas, pequeñas y sucias. Al menos el hotel tenía dos piscinas y bufete libre.
Después fuimos a pasear por los alrededores, durante media hora una cosa así.
El segundo día fuimos al acuario, les tocaba hacer la prueba a Fernando y a Claudia, tuvieron que cambiarse la ropa pero que pena que Claudia ese día no pudiese llevara falda. Pasamos toda la tarde allí.
El tercer día fue uno de los mejores, habíamos ido a Porta Aventura, desde las 11 de la mañana hasta las 8 de la tarde, después salimos a pasear. A la noche le tocaba a Marina hacer la prueba, tenía que bailar y cantar con una camarera del hotel "ondiñas veñen" nos reimos mucho, más tarde fuimos a la discoteca.
El cuarto día fuimos al Camp Nou, ese día no lo pasé muy bien ya que soy del Real Madrid así que prefiero no hablar de ello.
El quinto fuimos al agua park de Barcelona, era enorme y nos lo pasamos genial aquel día. Estuvimos allí toda la tarde, después fuimos al hotel a cenar y más tarde Tinin y yo tuvimos que hacer la prueba, bailar con señoras mayores de la discoteca.

El sexto pasamos todo el día por los alrededores de Barcelona, nos paramos a comprar regalos y eso.
El séptimo empezamos el viaje de vuelta al medio día, nos pasamos más de siete horas en un autobús. Paramos para comer y para merendar. Nos pusieron dos películas en el autobús, cuando llegamos que serían las nueve o por ahí estaban todos los padres esperando



viernes, 22 de mayo de 2009

Aquel día hubiésemos ido a casa de mi...

Aquel día hubiésemos ido a casa de mi abuela pero empezamos a pensar en un sitio mejor. De mala manera mi padre exhaló el humo de su cigarro y propuso una descabellada idea que nos dejó sin palabras. Era que fuésemos todos a patinar. Nos pareció una buena idea, sin embargo mi madre no opinaba lo mismo pues ella no sabe.

                                                              

 

Un rato más tarde mi madre propuso ir de compras, tan solo pensarlo mi padre comenzó a sudar, mi hermano a berrear que no quería ir y yo me ilusioné mucho con la idea. Mis padres llegaron a la conclusión de ir de compras pues mi madre siempre gana.

Yo chinché a mi hermano y el lloró de rabia, en ese instante, mi madre me dijo que ya no me compraba nada por haberme metido con él.

Llegamos a Vigo, nos separamos y cada uno caminó hacia un lado. Mi padre y mi hermano decidieron ir a tomar un café mientras mi madre y yo fuimos al centro comercial. Quedando en reencontrarnos dos horas más tarde.

A gran velocidad nos fuimos corriendo.

Pasadas dos horas, nos reencontramos, y cuando mi padre nos vio cargadas de bolsas, por poco se desmaya, mi hermano pequeño sonrrió mientras mi padre aún estaba asombrado.
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Ese día nos fuimos todos muy contentos, excepto mi padre que se había enfadado con nosotras.

Luego unos amigos nos invitaron a ir a una cafetería en bueu, mi hermano se quedó profundamente dormido de camino hacia allí, en ese momento decidimos volver a casa, mis padres quedaron para tomar café otro día...                 

                                             

                                                                      

UN PASEO EXTRAÑO

Como todos los días, Claudia y yo salimos a pasear.

La verdad, no fue como todos los días, en este paseo las cosas cambiaron.

Como nos aburríamos mucho fuimos a dar una vuelta por el monte. Después de caminar mucho fuimos por un camino que nunca habíamos visitado.

Era estrecho y descuidado aunque había  mucha vegetación. Las flores eran bonitas y muy olorosas, los árboles muy grandes y espesos, aunque todo eso nos llamaba mucho la atención, a lo lejos vimos algo muy extraño.

Era una pequeña cabaña, estaba medio en ruinas, como a las dos nos entró mucha intriga, fuimos a ver que había dentro.

Dentro había mucha basura, ropa sucia, camas deshechas. Fuera había muchos globos y mucha comida por el suelo, como si alguna vez hubiese habido una fiesta.

Más tarde empezamos a escuchar ruidos y nos fuimos de allí corriendo, nunca volvimos a pasar por allí.


Descenso De La Cruz

Un día que sali a andar en bicicleta, iba con prisa así que me levanté, me duché, desayuné, me vestí y preparé la bici para salir. De mi casa a un lugar, por allí por el monte, tardé muy poco y detrás de mí llegaron mis amigos.
Ibamos subiendo a La Cruz y, apenas habíamos empezado a andar, comenzó a llover. Seguimos subiendo, alrededor solo había árboles y rocas y enfrente, a lo lejos, podiamos ver la cima donde se encuentra ciertamente La Cruz. Mucho tiempo después, con esfuerzo alcanzamos la cima y seguimos los caminos al pie de la letra, todavía estaba lloviendo, por delante de nosotros había un claro así que pronto comenzaría a hacer sol.
Al rato pensé que los demás habrían vuelto a la cruz ya que no los lograba ver por ningún lado, fui a ver si estaban y ciertamente los encontré allí.Todos juntos nos dispusimos a descender aprovechando que había vuelto el sol.
Todo estaba lleno de barro y resbalaba mucho, derrepente uno de mis amigos se cayó por un pequeño barranco, casi no se hizo nada, pero sabía que esa era la primera caída de muchas probablemente peores y yo podría ser el siguiente. Poco a poco fuímos bajando casi sin incidentes, pero con unos nervios de acero, o así era hasta que nos encontramos un animal, más bien su sombra y aceleramos el paso pero las prisas pueden hacer daño, y así fue hubo un choque colectivo, uno frenó y los de de atrás no nos dimos cuenta por lo que no frenamos y nos lo comimos, uno de los peores accidentes, teníamos las piernas destrozadas, los brazos arañados, la espalda dolorida y estábamos muy cansados. Lentamente continuamos adelante cuando un segundo accidente estaba ocurriendo, otro amigo se quedó enganchado a una rama y cayó al suelo tan fuerte que tembló todo, posiblemente los segundos más lentos de su vida.
 El resto del camino fue más parado

, quizá la próxima vez nos lo pensemos antes de andar en bici después de llover y por el barro.

Era un domingo de julio, las 11 de la...

Era un domingo de julio, las 11 de la mañana. Estaba por llegar, mi corazón cada vez latía más y más fuerte. Era el día, por fin había llegado, me iba a Madrid con la banda de música.

En el auditorio todos esperábamos ansiosos a que llegara el autobús. Cuando por fin apareció, todos empezamos a coger las maletas y los instrumentos. -Las maletas por el otro lado-decía Pepe. -Los instrumentos por aquí- decía el presidente. -Tened los trajes preparados para cuando lleguemos- decía el director.

Ya era hora de subirse al autobús, que tensión había en el ambiente. En ese momento apareció Lucía tal y como me había prometido, venía a despedirse de mí.

Iban a ser tres días super emocionantes, ninguna de nosotras sabía lo que nos esperaba, ni Isa, ni Claudia, ni Nerea, ni Irene y por supuesto ni siquiera yo.

Montamos en el autobús, iba a ser un viaje largo, pero nada aburrido.

Sobre las dos de la mediodía paramos a comer en un área de servicio para después volver a subir al autobús.

Sobre las ocho llegamos al albergue, estaba cerquita del metro, y no muy lejos del centro de Madrid, concretamente en La Casa de Campo, rodeado de árboles y naturaleza.

Cogimos las maletas y nos dirigimos hacia las habitaciones.

La nuestra era de nueve personas, y solo tenía un baño.

A todo correr nos vestimos y cogimos los instrumentos para ir a tocar, quedaba una hora más para llegar a Estremera, un pueblecito a las afueras de el centro de Madrid.

Fuimos por la orilla del río Manzanares y sobre las diez de la noche llegamos a Estremera. Allí hicimos un pasacalles hasta la plaza del pueblo donde tocamos, primero nosotros solos y luego con la banda de Estremera.

Después de tocar nos llevaron a un lugar para cenar, y al volver al albergue pasamos por el campo de Atlético de  Madrid.

Ya en el albergue ninguna tenía sueño excepto Nerea y yo, así que cogimos un colchón y nos fuimos para el baño.

Ya por la mañana después de haber tomado el desayuno nos fuimos a hacer una visita por Madrid. En La Puerta
 
del Sol nos hicimos  una foto con un mimo que iba disfrazado de Yoda.

Por la tarde, después de comer, fuimos a visitar Estremera para luego cenar con la banda de allí.
 

Cuando habíamos terminado de cenar nos llevaron a una  discoteca, que estaba alquilada para nosotros y la banda de Estremera. Allí estuvimos hasta las doce y media y volvimos al albergue.

Al día siguiente fuimos a un parque acuático que estaba al lado del aeropuerto, allí estuvimos todo el día metidos en el agua, por lo que yo acabé con infección de oídos. Por la noche, fuimos al cine y como la peli era muy aburrida, por lo menos la primera, me quedé dormida y la segunda no la vi.

A la mañana siguiente me desperté con un dolor de oídos impresionante, menos mal que ya era el último día, que después de desayunar ya nos íbamos.





 

 

 

 

 


 
 

miércoles, 20 de mayo de 2009

Mis caidas más torpes en bicicleta

Mis caídas más torpes en bici sucedieron a los pocos meses de saber andar bien en ella. Para mí la peor fue cuando me quedé encima de un coche. El día de esa caída fue un día normal como cualquier otro. Empezó al venir mi tío de visita, yo estaba jugando con él hasta que se tuvo que ir, yo cogí la bici y lo seguí. Él me estaba diciendo algo pero yo no lo escuchaba cuando... derrepente choqué contra un coche y me quedé encima de él.

También tuve caídas graves como cuando choqué contra mi primo que estaba en medio de la carretera atándose los cordones; a mí justo en ese momento se me rompieron los cables del freno, ya que estaban muy viejos y tampoco pude cruzar al otro lado de la carretera porque venía un coche, intenté frenar con los pies pero no pude cuando derrepente choque contra él. Mi bici quedó encima de él y yo quedé cinco metros más lejos de él con un esguince grave.

Tuve que estar un mes de reposo. Mis amigos también tuvieron caídas muy torpes. Como la de Víctor. Un día quedamos Víctor, Adrián y yo en el antiguo Castillo del Conde con las bicis para saltar. Todo fue bien hasta que derrepente Víctor fue a saltar y de pronto se cayó abriendo la cabeza contra un bordillo. Le dimos un pañuelo y Adrián lo acompañó a casa de Ibán para que lo llevasen a urgencias mientras yo subía la bici de Víctor y la mía.

Un cumpleaños inolbidable

El mes antes de cumplir los diez años mis padres me dijeron que me iban a comprar un regalo muy especial, pero que aun no me dirían de que se trataba. Yo quería que fuese la bicicleta rosa que tanto anhelaba. La espera se me hizo eterna. Día tras día yo intenté saber qué era lo que me comprarían, pero era inútil. Pues se habían propuesto mantenérmelo en secreto.
Por fin el mes pasó y llegó mi día. Mis padres me pidieron que saliese al jardín. En pijama y sin zapatillas salí corriendo. Pero no fue la bicicleta lo que encontré. Fue algo mucho mejor. ¡Me habían comprado una Golden Terrier! En ese mismo momento me dirigí hacia mi habitación para vestirme. Al terminar, y después de haber desayunado, salí con Laika, que así llamé ala perra, y la saqué de paseo por el sendero de tierra que hay cerca de mi casa. Mientras paseábamos nos empezamos a conocer. De repente salió un pequeño zorro del monte y Laica corrió detrás de él dejándome atrás. Media hora pasó mientras la buscaba. Por suerte la encontré escondida detrás de un matojo de silvas.

Al llegar a casa decidí que mientras no aprendiese a obedecer tendría que estar atada. Cuando terminé de colocarle la correa se me puso a lloriquear, como queriéndome pedir perdón. Aun enfadada cerré la puerta de un portazo, encendí el MP3, le puse el volumen al tope y me encerré en la habitación. Aun con la música a todo volumen la oía. Ya harta de escucharla salí a la calle y me di cuenta que estaba lloviendo. Desaté rápidamente ala perra y la metí dentro. La estuve mimando un ratillo, y cuando la perra dejó de llorar, la lluvia cesó. La dejé que se acostara en mi alfombra, pero me prometí que no le iba a dejar que lo tomara como costumbre.
Era la hora de comer, y desesperada con el hambre por el gran paseo de unas horas antes, me dirigí a la cocina. Me senté y me serví la sopa. Laika vino ha hacerme compañía, porque me había quedado sola en casa. Media hora más tarde mi madre y mi hermana. Terminamos juntas de comer y nos fuimos de paseo.

El accidente de mi vida

Mi hermano pequeño tenía un coche de juguete y cuando se aburrió de él yo le saqué la carrocería y me quedó la parte de dentro y se me ocurrió reformarla y utilizarla de carrilana.

 Llamé a mis primos de Castro (Carballedo) para que me anotaran en la carrera de carrilanas de Pepes un pueblo cercano a Castro.

 El día 13 de Agosto de 2007 metimos mis padres y yo la carrilana y todas las cosas necesarias en el coche y marchamos. Mis abuelos también vinieron ese día en su coche con nosotros. Dormimos en Pepes y el siguiente día estuve practicando por la carretera por donde iba a ser la carrera.

 A las 14:30 comimos y a las 17:30 estaba en la linea de salida de carrerera preparado para que mi padre me diera el impulso para dar mi vuelta. Recibí un fuerte impulsó y salí disparado por la cuesta abajo iba todo bien pero al girar se me rompió la dirección del coche y perdí el control del coche al mismo tiempo que escuchaba gritos de horror muy lejanos. Seguí recto en vez de coger la curva y choqué contra un árbol bruscamente. Sentí mucho dolor y luego perdí el conocimiento.

  

 Me desperté en el hospital con una pierna y un brazo escayolados y la cabeza con 20 puntos de sutura y completamente vendada. Me dolía todo el cuerpo. Cada parte de mi cuerpo sentía como chillaba de dolor o eso me imaginaba. Allí estaba mi madre a mi lado y me dijo que había estado en coma durante una semana pero yo me acordaba de todo lo que había pasado. Mi madre me enseñó  lo que había quedado de la carrilana en una foto del móvil. Un hierro partido por la mitad sin ruedas y con la dirección completamente destrozada sin posible arreglo. Además había perdido por supuesto la carrera y estaba rabioso pero también estaba cansado y me puse a dormir. En este momento tengo una carrilana nueva y espero la carrera de este año con entusiasmo y ganas de participar, ganar y ser el mejor.

 

Mis caídas más torpes

logoMis caídas más torpes me sucedieron en la infancia. Hace dos años en el colegio Echeide de Tenerife, recuerdo que en educación física me había dado un golpe en la rodilla, porque había tropezado con una piedra del suelo haciendo carreras de relevos. También recuerdo un golpe muy fuerte que me di en mi casa contra la punta de la nevera empecé a sangrar un mogollón, fui al baño a ponerme una toalla en la cabeza. Cuando mi madre me vio sangrando  enseguida se subió en el coche y me llevó a urgencias. Por el camino seguía sangrando y cuando llegamos al aparcamiento y bajé del coche me empecé a desmayar en la calle y un hombre de enfrente me levantó en brazos y me llevó a dentro de urgencias. Nada más llegar me atendió el médico y me puso en la camilla. Cuando me vio el  dijo que me tenía que poner cinco puntos en la herida, me cortó  el pelo alrededor de la herida,  me puso la anestesia y me empezó a poner los puntos. Al principio me dolió mucho pero después ni me enteré, mi madre tuvo que beberse un vaso de agua porque si no lo bebiera se desmayaría al ver tanta sangre. Después de la operación tenía que quedarme boca abajo durante una hora. Cuando se me pasó el dolor me levanté porque mi madre me quería invitar a un zumo.

 


hierro


Me caí por las escaleras


El día empezó cuando eran las 9 de la mañana y me fui a la peluquería porque tenía una boda.

A la 1 del mediodia vino mi padre a buscarme en coche y fuimos para el restaurante. Cuando llegamos estaban mis hermanas, hermanos, primas, primos, tíos, tías, sobrinos, sobrinas, cuñados...y estaban todos esperándonos.

Cuando nos sentamos a comer vino marisco de todo tipo. Estaba riquísimo!! A mí me encantó.

De segundo plato vino churrasco con patatas fritas, ensalada y churrasco. Yo me llené!!!

Cuando todo el mundo acabó de comer mi hermana que era la que se casaba y su marido bailaron una canción, luego en la siguiente canción bailé con mi sobrino Anxo.

Cuando vino la tarta los casados la cortaron y el camarero del restaurante nos dio un trozo de tarta para cada uno y un helado para los niños, pero yo de lista comí de las dos cosas!!

Al acabar el postre brindamos y nos pusimos a charlar, bailar, reir...

A las 6 mi padre y yo nos fuimos para casa porque estábamos ya cansados de tanto bailar y la boda ya se íba a acabar.

A las 7 llegamos a casa  y yo me tumbé en el sofá a ver la tele. Mi hermano el pequeño no paraba de molestar porque quería que jugara con él. Mi padre me mandó ir al supermercado y mi hermano quiso venir conmigo, cuando abrimos la puerta mi hermano me pegó de broma y entonces  fui detrás de él corriendo, yo no sé muy bien lo que pasó, pero creo que me resbalé y caí rodando.

Al levantarme vi que mi hermano estaba asustado y no paraba de preguntarme si estaba bien.

Al llegar a casa después de ir al supermercado mi madre vio que andaba coja y me preguntó que me pasó y se lo conté, ella me quería llevar al hospital pero le dije que esperara hasta mañana que se me iba a pasar pero no me hizo caso y me llevó a urgencias.

El médico me dijo que tenía que estar en reposo durante 15 días porque tenía una lesión en el  tendón de Aquiles y que si se me rompía me tenía que operar y estar 6 meses sin andar. Mis padres y yo nos preocupamos mucho, yo tenía mucho miedo.

Al llegar a casa yo estaba cansada y no era capaz de andar asíque llamé a un amigo para que estuviera un poco conmigo que aun era un poco pronto.

A las 8:30 de la tarde llegó mi amigo con otro amigo y nos pusimos en el salon aver una peli, no me enteraba mucho de la peli por el dolor que tenía.

A las 10:30 se fueron mis amigos porque tenía una cena ese día con mi familia y me tenía que preparar.

Mis padres les dejaron estar tanto tiempo a mis amigos porque era viernes.

A las 11 ya estaba lista y mis padres también, mi hermano era el que más guapo estaba.

A las 11:30 llegamos al restaurante y ya estaba todo el mundo esperandonos. Acabamos de cenar a  las 1 de la madrugada pero lo pasamos muy bien. A la hora de bailar lo pasé un poco mal porque yo no era capaz de apoyar el pie y me daba mucha envidia ver a los demás bailar y yo estar sentada. Tuve la suerte que mis sobrinos se sentaron conmigo y me hicieron reir mucho.

Cuando llegamos a casa mis padres, mis hermanos y yo eran las 3 de la mañana, tan pronto llegamos nos acostamos y nos quedamos dormidos del cansancio que teníamos.

Pasé muy mala noche del dolor, cada 5 minutos me despertaba y luego me costaba mucho quedarme dormida otra vez.

 

Unos dias inolvidables

Hace unos meses quedamos unos amigos para ir a dar una vuelta en moto. Quedamos cerca del instituto María Soliño de Cangas del Morrazo. Al llegar allí yo fui el segundo en llegar, el primero había sido un chaval de Cangas.

Una vez que estábamos todos allí arrancamos las motos y nos fuimos a dar un paseo, pasamos por: el mirador Del Rei, las antenas, la fuente que hay de camino a las antenas. 


Cuando estábamos llegando a la fuente un chaval se cayó de la moto porque iba muy rápido y al llegar a la curva no redujo y se pasó. Tuvimos que parar todos a mirar si se había hecho daño, lo bueno es que tuvo suerte y no se hizo ni un solo rasguño.

Subiendo hacia la fuente estuvimos contemplando las hermosas vistas, se veía casi toda la ría de Aldán y parte de la de Hío, había tres personas que estaban haciendo parapente.

Al bajar de la fuente nos encontramos un jabalí con sus crías, yo cogí la cámara de fotos del móvil y le quite unas fotos. Cuando estábamos ascendiendo hacia las antenas nos encontramos a un señor que estaba buscando a sus dos perros que se le habían escapado mientras los llevaba de paseo. Nos quedamos un poco tiempo con él allí buscándolos, pero no tuvimos suerte, no los encontramos.

 Seguimos con las motos subiendo hacia las antenas y de repente se nos cruzó un animal corriendo, no sabíamos lo que era, paramos y vimos que era uno de los perros del señor. Lo llamamos, al vernos se acercó a nosotros con mucha delicadeza. Yo lo primero que hice fue decirle a mis amigos que lo entretuvieran  porque iba a ir a buscar a su dueño. Una vez que me encontré
 
al señor le dije que habiamos encontrado a uno de sus perros se alegró mucho. Montó conmigo en la moto y lo llevé a donde estaban mis amigos con el perro. Al llegar el perro cuando miró a su dueño se puso a saltar como un loco. El señor dijo que no sabía como agredecérnoslo, nos dijo que tenía un bar que se llamaba Bar Caribe, que cuando quisieramos que nos pasáramos por allí a tomar algo.

 Ese mismo día por la noche fuimos al bar. Pedimos para cenar unos bocadillos con una de patatas y algo para beber, cuando fuimos a pagar estaba allí el señor y nos dijo que invitaba la casa, para agradecernos lo que habiamos hecho por él.

Desde entonces casi siempre que vamos a dar una vuelta siempre pasamos por allí para acerle una visita, y de paso tomar algo de beber.

Ese mismo día después de salir del bar fuimos a dar una vuelta, llegamos hasta Villagarcia de Arousa casi, a una bolera que hay al lado de una gran discoteca. Estuvimos echando unas cuantas partidas, estuvimos hasta que cerró casi. Ganó casi todas las partidas un chaval que es nuestro amigo que se llamaba Jorge. Yo como no soy muy bueno casi siempre quedaba tercero o cuarto, menos una partida que quedé de segundo. Al salir de la bolera íbamos a ir a la discoteca pero Jorge se encontraba mal y lo tuvimos que traer para casa, lo había cogido el frío.

Al día siguiente todos estábamos muy cansados, por todo lo que habiamos hecho el día anterior, pero habiamos quedado para ver el partido.

Eran las siete cuando fuimos al bar para coger sitio, ya estaba todo lleno casi, porque era un partido muy deseado, Madrid Barça.

Una vez que empezó el partido estuvimos muy atentos, al marcar el primer gol el Madrid se alegraron  mucho pero cuando el Barça empezó a marcar goles los del Madrid se estuvieron callados. Cuando acabó el partido los resultados fueron: Madrid 2 Barça 6. Yo me alegré mucho porque soy del Barça, pero la gente que era del madrid estaba toda callada.

Ese mismo día fuimos a celebrar la victoria del Barça.

viernes, 15 de mayo de 2009

Cuando estaba aprendiendo a andar en bici...

Cuando estaba aprendiendo a andar en bici, me caía porque no era fácil me costaba mantener el equilibrio, hasta que empecé a no caerme, para no caerme solía ir rápido, y para ir rápido solía ir cuesta abajo, pero cuando iba cuesta abajo solía caerme.Finalmente conseguí mantenerme a dos ruedas.Mas tarde para coger velocidad le puse cada lado de la rueda trasera un cohete que funcionaba a partir de impulsos electromagnéticos movidos por una turbina,




creando así un núcleo de energía renovable,haciendo la bici mas rápida aun.




Dos minutos después cuando estrelle la bici probablemente haya sido por la velocidad, me encontraba en Grecia, yo pensaba que iba dar la vuelta al mundo y acabar en China pero luego me di cuenta de que había puesto los cohetes del revés, un detalle sin importancia aun por encima la bici con energía renovable se le acabo la pila, es lo que pasa por comprar en un "todo a 100". Pero el verdadero problema lo tenia ahí lejos de casa y enfrente tenia a Grecia sin saber donde estaba, tenia que volver antes de que empezasen a preocupase por mi aunque no tenia ni idea de como ni siquiera tenia monedas para llamar a casa. Sabia que estaba en Grecia porque había un cartel que ponía Atenas en ingles, así que supuse que estaba en Atenas también había cinco círculos uno de cada color;rojo, azul verde amarillo y negro. Estaban en una bandera colocada en un gran estadio que estaba justo enfrente de mi.
Después de todo lo que me paso no me sorprendió mucho saber que estaba frente a las olimpiadas, me dispuse a entrar pero me preguntaba donde iba a dejar la bici, hasta que vi que había caído sobre el parking, también caí sobre un coche, pero después de caer encima no parecía un coche,así que deje la bici y entre

Yo y la bici



Cuando era pequeño andaba en bici con ruedines. Mi padre insistía en que aprendiera a andar sin aquellas pequeñas y modestas ruedas, y yo, lo intentaba pero me caía. Un día, cuando me dispuse a intentar andar en bici sin los ruedines me caí y rompí la horquilla, menos mal que mi padre arregló la pieza rota.

Cuando ya todos nos habíamos dao por vencidos, a mi padre se le ocurrió quitarme por última vez los ruedines, y sorpresivamente empecé a andar en bici yo solito;



Tomaba las curvas pegado al asfalto, saltaba y subía escaleras y saltaba por encima de barandillas...

Cuando ya llevaba diez minutos andando en bici saltando de aquí para allá vi un salto que miraba para Vigo, no me lo pensé dos veces y salté.

Al principio pensaba que llegaba a Vigo de sobra, pero el viento me soplaba de cara y poco a poco fui descendiendo hacia el mar. Mientras caía me fijé que pasaba el barco que lleva gente de Vigo a Cangas y de Cangas a Vigo, y dio la suerte de que llebaban unas grandes planchas de madera, una en popa y otra en proa, así que use la de popa para aterrizar y la de proa para despegar otra vez, cogí muchísimo impulso ¡¡

Llegué a Vigo, pero tuve la mala suerte de que el viento iba a mi favor entonces seguí volando, pasó todo vigo, y cuando empecé a descender cogí muchísima velocidad.

Me di cuenta de que estaba en Tui, yo estaba alucinado, me preguntaba que estarían haciendo mis padres. Al aterrizar me reventó la rueda de dealante y me pegué el leñazo del siglo, pero no tenía daños graves así que cogí la bici, la puse encima de mi y me fui andando hasta Cangas.

miércoles, 13 de mayo de 2009

La ciudad sumergida

Había una vez una playa ancestral situada en las afueras de un pequeño pueblo marinero.
Ésta ya nVer imagen en tamaño completoo existe por que se quedó sumergida bajo el océano Atlántico tras los efectos de un tsunami.
Quedaron con ella todas sus cuevas, situadas en las rocas de más difícil acceso.
Os cuento esto porque allí es a donde siempre iba yo para descubrirle todos los rincones ocultos y comprobar que todas sus leyendas eran ciertas, y después de comprobarlas todas me di cuenta de que eran ciertas, pero ahora la nueva leyenda dice que esta playa sumergida guarda con ella una ciudad llena de tesoros y desde entonces la gente ahora trata de buscar ese lugar aunque ninguno consigue llegar hasta él.
Uno de mis amigos también lo intentó pero este intento no tubo resultado.
Aunque nadie sabe aún que yo sí lo conseguí y para ello no tuve que emplear mucho tiempo porque yo sabía el lugar exacto en el que se encontraba.
El día en el que decidí ir en su busca pensé que ya que todas sus leyendas eran ciertas, probablemente esta también lo sería.
Cogí la pequeña embarcación que tenía atracada en el muelle más cercano a mi casa, ese en el que toda mi familia deja sus lanchas y yates, y salí hacia el lugar exacto en el que se encontraba la ciudad sepultada.
Dos horas más tarde ya estaba situado allí y me puse el traje de bucear y salté del barco con la ilusión de que encontraría lo que estaba buscando.
El mar estaba en calma, el sol relucía en el cielo azul y yo disponía de dos horas de oxígeno así que bajé lentamente hacia el fondo del océano.
Al cabo de media hora encontré la más mágica de todas las ciudades, esta estaba resplandeciente y tenía todas las calles alumbradas con farolas.
El ambiente era perfecto pero no se veía a nadie por allí aunque estaba a una cierta distancia y a lo mejor ese era el problema.
Seguí bajando y al hacerlo atravesé una especie de atmósfera y en en cuanto llegué al fondo me quité de la boca el aparato que me proporcionaba oxígeno para comprobar si podía respirar allí debajo, y así fue, al principio me costó un poco acostumbrarme pero terminé haciéndolo.
Ya que tenía la oportunidad de explorar todo aquello sin tener que usar mis botellas de oxígeno, tenía que buscar por lo menos un tesoro de los que se encontraban allí y al cabo de media hora encontré una cueva llena de tesoros, cogí uno y volví de nuevo a la superficie con el tesoro enganchado a mi pierna izquierda. Al llegar al barco abrí el tesoro para ver lo que tenía en su interior aquella caja de oro, y como no podía ser de otra manera escondía un enorme número de monedas de oro, entonces regresé a mi casa y me hice millonario sin que nadie supiera el motivo.

Desde entonces me dedico a recoger todos los tesoros y como no quier que nadie los coja para ello no pienso revelar nunca mi secreto.

Mi familia francesa.

Hace poco, antes de que hubiese sido mi cumpleaños, recibimos una carta de la armada diciéndonos que mi hermana, la del antiguo matrimonio de mi padre, deseaba contactar con nosotros. Tras unos días, respondimos a su alerta y le llamamos a un número que nos facilitaron. Oír su voz fue magnífico, era cálida, serena, suave y muy dulce, hacía sentirte con seguridad y te ayudaba a tener una mayor confianza. Hay que admitir que me era un poco difícil comprenderla ya que no hablaba nuestro idioma, ella hablaba Francés. Habría pasado mas o menos una semana y mi padre volvió a contactar con ella, nos dio su dirección de correo electrónico y su messenger, poco tiempo después empecé a hablar con ella, esta claro que como mi nivel de francés esta lejos de poder entablar una conversación, me ayudé con un traductor cualquiera que encontré en Internet, ahora me paso las noches hablando.

Ella me habla de su familia, tiene dos hijas, dos hijos, una hijastra, un marido y un perro, como estaréis pensando que caos tiene que reinar en su casa, pues la verdad es que no, allí reina tranquilidad, no suelen discutir, viven en una mansión de veinte hectáreas o más. Casi nunca se tropiezan unos con los otros en esa vivienda, cada miembro tiene su vida hecha y hacen lo que le da la gana sin preocuparse por los demás.

Aunque a pesar de esto, al saber que tienen una pariente, yo, en España han puesto más interés de lo que nunca habían puesto en su vida, me sorprendí mucho al saber su carácter y sus hábitos y porque no decir también su peculiar pasotismo hacia su propia familia, esto hizo que me quedara con la boca abierta.


Tengo que admitir que desde que hablo con ellos me siento mucho mejor, es agradable saber que alguien por muy lejos que esté de tu lado te quiere, se preocupa por ti, se interesa por tus problemas, tus sentimientos, incluso que aunque esté lejos quiera defenderte aunque todos sepamos que no puede hacer mucho. Si soy sincera creo que es una de las mayores alegrías de que he tenido en esta vida.

La semana que viene me iré a Francia a pasar unos meses con ellos, me dijeron que esos meses estarán todos juntos, según me dijeron no estaban todos reunidos desde hace años, me alegra que saquen algo bueno de mi visita.

Una isla inesperada

Ver imagen en tamaño completoEstaba yo compitiendo en piragüismo en Miño, pero no en el río Miño. No recuerdo dónde estaba pero era un río bastante pantanoso y movido.

Estaba yo remando para colocarme en la salida cuando un golpe de ola me hizo caer al agua. Salí a la superficie y todo había cambiado:

El muelle ya no estaba, la otra orilla Había desaparecido. Todo a mi alrededor era agua. 

Lo único que no había desaparecido era la piragua. Me subí a ella y remé con todas mis fuerzas para encontrar tierra en alguna parte.

Remé durante horas y me acabé cansando.

Había un sol abrasador y tuve que bajar de la piragua para refrescarme y volví a subir.

Remé un poco más y divisé una isla desierta allí a lo lejos. Una vez allí aparté la piragua del mar para que no la llevara la corriente.

Me adentré en la selva que allí había y encontré una cueva.

Traje la piragua desde la playa hasta la cueva y encendí un fuego para calentarme.

Por la noche fui a buscar fruta para cenar, pero solo encontré un par de mangos.

Al día siguiente noté que hacía más calor de lo normal, miré al fuego pero este se había consumido.

Miré a mi alrededor, Y cual fue mi sorpresa cuando divisé un dragón rojo dispuesto a devorarme.

No me preocupé por la piragua, me había fijado que allí donde la había dejado la había aplastado el dragón.

Corrí como no había corrido antes, se notaba que esa no era la mejor isla para guarecerse.

viernes, 8 de mayo de 2009

Perdido

Un caluroso día de verano, cuando dormía de forma plácida cuando alguien me dio unos golpecitos en el hombro.
Se trataba de mi padre. Me preguntó si quería ir con él. Como siempre, le pregunté a dónde iríamos, y me contestó que a la finca de mi tío para ayudarle.
Me levanté rápidamente, me vestí y realicé mis tareas lo más rápido que pude para salir cuanto antes.
Pero mi madre siempre decía que si la cama estaba fatalmente hecha, que si la habitación estaba mal recogida... Cuando terminé, le dije adiós a mi abuela y a mi madre, la cual dijo que tendría que recoger mejor la habitación al regresar. Bajé a gran velocidad las escaleras, con tan mala suerte, que me caí al tropezar con gran estrépito. Me levanté al momento, pues no me había hecho gran daño.
Llegué antes que mi padre al garaje, me monté y esperé a que arrancáramos. Por el camino me mareé, lo que sería un presagio de lo que ocurriría.
Llegamos a casa de mi tío un poco tarde, pues ya estaba desde hacía un rato esperando en el portal.
Lejos, divisé a mi primo, que se había convertido en un muchacho alto y fuerte. Se marchaba y pasé de saludarlo.
Nos pusimos en camino hacia la finca con andar rápido.
Como ya llevábamos un tiempo caminando incansablemente, me distraje cogiendo moras y frambuesas de unos matorrales que se encontraban al lado del camino. Yo no me daba cuenta, pero me estaba quedando atrás.

Mi padre y mi tío no siguieron el camino, y se metieron por un camino no muy visible
Yo seguí el camino, y cuando me di cuenta, mi padre y mi tío habían desaparecido de forma repentina.
Pensé que como me había quedado atrás, estarían más adelante y eché a correr velozmente.
Pero mi padre y mi tío no aparecían nunca.
Pensé en dar vuelta pero estaba muy lejos del camino que conocía.
Cuando ya iba a llorar desconsoladamente, pues no me había perdido en ninguna ocasión, decidí que no era el momento y que tenía que buscar de inmediato a mi padre.
Así, me metí en el bosque en busca de mi padre.
Como ese camino no lo conocía bien, quise dar vuelta, pero definitivamente me había perdido.
De repente, me pareció observar una cara conocida.
Se trataba de mi padre. Fui a su lado y me puse a ayudar como si nada hubiera sucedido.