miércoles, 27 de mayo de 2009



Vinieron Adrián y Pablo:
El otro día vinieron dos de mis mejores amigos a mi casa, Adrián y Pablo, hacía mucho tiempo que no estaba con ellos y cuando entraron por la puerta me emocioné y me puse muy contento.
Digamos que todo era normal hasta que los dos pequeños, mi hermano y Pablo, empezaron a jugar al típico juego de "Pressing Catch". <<>> decían, Adri y yo prevíamos una bronca tremenda, ya que ellos no podían jugar a los juegos con un código pegi de recomendación para más de dieciséis años, entre eso, y que se acababan peleando siempre, el chaparrón era inminente Adri me dijo, entonces, que fuésemos a jugar con el ordenador, que me había conseguido el juego que le había pedido. Lo instaló en dos minutos, pero a mi me pareció un tiempo muy largo. Empezé a jugar y enseguida me metí en el papel del personaje, y unos cuantos cliks más tarde había prosperado mucho y ya tenía mucho dinero. Adri me daba muchas instrucciones, como por ejemplo, como asignar acciones, como recuperarse, o como hacer "screenshots" o lo que es lo mismo, capturas del juego. Aunque al principio no era muy bueno, acabé haciéndolo bastante bien y con unos cuantos nuevos amigos alrededor del mundo (ya que el juego es online).
Más tarde apagamos el ordenador, pero decidimos volver a encenderlo para no tener que participar en la bronca que estaba sucediendo al otro lado de la casa. Al fin, nuestros padres terminaron de gritarles y pudimos volver a la habitación. Ahora, ambos hermanos pequeños jugaban con las portátiles, renegados, con una actitud pesada y aburrida, jugando rápidamente y sin pensar, respectivamente al juego de Naruto y al Dáxter. Pensamos a que podíamos jugar, y nos decidimos por el juego por excelencia de la simulacinón (a ambos nos gustaba este tipo de juegos) pero enseguida nos aburrimos y tuvimos que jugar a otro...
Como no nos dábamos decidido y aún quedaba mucho tiempo por delante, creimos que lo mejor sería salir fuera de casa para tomar un poco el aire y jugar al fútbol. Casi no nos costó convencer a los pequeños y en un par de minutos estuvimos en el parque. Empezamos a jugar al fútbol y en muy poco tiempo acabamos con Nico y Pablo, o lo que es lo mismo, el equipo "Indifinsis". Cansados de tan aplastante partido, fuímos a una bocatería muy apreciada por los cuatro, el Trix. La bocatería era una maravilla, y solía ser frecuentada por cumpleaños de niños pequeños, adolescentes de todo tipo y adultos generalmente bastante anchos. Se encontraba en una especie de plaza cerrada, con una barbería y una tienda de salchichas de Frankfurt, evidentemente cerrada por la potente competencia. Nos comimos una "Patatús", que es una hamburguesa grande, cargada de ingredientes irreconocibles, salsas de todo tipo y patatas de bolsa, cada uno, y más tarde volvimos a casa. Volvimos a la habitación a jugar a las consolas, y tras unas horas Adri y Pablo se fueron de nuestra casa. Lamentablemente ahora quedaba lo peor, mi hermano y yo tuvimos que recogerlo todo y, más tarde, irnos a la cama.

No hay comentarios: