miércoles, 20 de mayo de 2009

Mis caídas más torpes

logoMis caídas más torpes me sucedieron en la infancia. Hace dos años en el colegio Echeide de Tenerife, recuerdo que en educación física me había dado un golpe en la rodilla, porque había tropezado con una piedra del suelo haciendo carreras de relevos. También recuerdo un golpe muy fuerte que me di en mi casa contra la punta de la nevera empecé a sangrar un mogollón, fui al baño a ponerme una toalla en la cabeza. Cuando mi madre me vio sangrando  enseguida se subió en el coche y me llevó a urgencias. Por el camino seguía sangrando y cuando llegamos al aparcamiento y bajé del coche me empecé a desmayar en la calle y un hombre de enfrente me levantó en brazos y me llevó a dentro de urgencias. Nada más llegar me atendió el médico y me puso en la camilla. Cuando me vio el  dijo que me tenía que poner cinco puntos en la herida, me cortó  el pelo alrededor de la herida,  me puso la anestesia y me empezó a poner los puntos. Al principio me dolió mucho pero después ni me enteré, mi madre tuvo que beberse un vaso de agua porque si no lo bebiera se desmayaría al ver tanta sangre. Después de la operación tenía que quedarme boca abajo durante una hora. Cuando se me pasó el dolor me levanté porque mi madre me quería invitar a un zumo.

 


hierro


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