El monte que nunca se acaba

Era el cumpleaños de mi mejor amiga, nos encontramos todas en un restaurante para celebrarlo. Estuvimos hablando para saber lo que haciamos después y decidimos salir a dar una vuelta. Había un problema, ninguna de nosotras tenía coche para bajar. Después de cenar y pasárnoslo bien y darle nuestros regalos, nos fuimos para fuera. En ese momento nos encontramos con unos amigos de María que tenían coche para bajar a unas cuantas pero no a todas, entonces Yasmina, Ana, Raquel y María bajaron en coche con ellos, mientras las demás bajaban andando. Mientras bajábamos Ángela nos iba diciendo que por el sitio que estábamos pasando no le sonaba de nada y nosotras no le hacíamos caso, pero tenía razón porque después de andar unos minutos más nos dimos cuenta de que nos habíamos perdido, y de que nos encontrábamos al lado de un monte. Estábamos bien pero después de andar otros minutos más empezamos a ponernos mal.... porque en el lugar donde estábamos había muchos ruidos que nos asustaban. Seguiamos andando y veíamos que siempre nos encontrábamos en le mismo sitio que donde estábamos antes, entonces nos sentamos en una roca y vimos si teniamos cobertura en el móvil.

Comimos algo para tranquilizarnos, y seguimos andando. Cada vez estábamos más asustadas porque decíamos que nunca íbamos a salir de aquí! Mis amigas estaban muy mal y no sabía que hacer.

Seguimos andando y escuchábamos pasar coches, empezamos a correr hasta que encontramos la carretera, y ya teníamos cobertura y pudimos llamar a nuestras otras amigas, que estaban asustadas porque nos llamarán varias veces y no podiamos hablar con ellas.

Esperamos sentadas en una cera hasta que el amigo de María nos vino a buscar para llevarnos al sitio donde estaban ellas. Al llegar allí fuimos corriendo a junto ellas, y le contamos todo lo que nos había pasado.

Ya era muy tarde, ya no había casi nadie y decidimos todas marchar para casa de Ana. Fuimos todas andando, porque no queríamos que nos pasara lo mismo de antes.