Como todos los días, Claudia y yo salimos a pasear.
La verdad, no fue como todos los días, en este paseo las cosas cambiaron.
Como nos aburríamos mucho fuimos a dar una vuelta por el monte. Después de caminar mucho fuimos por un camino que nunca habíamos visitado.
Era estrecho y descuidado aunque había mucha vegetación. Las flores eran bonitas y muy olorosas, los árboles muy grandes y espesos, aunque todo eso nos llamaba mucho la atención, a lo lejos vimos algo muy extraño.
Era una pequeña cabaña, estaba medio en ruinas, como a las dos nos entró mucha intriga, fuimos a ver que había dentro.
Dentro había mucha basura, ropa sucia, camas deshechas. Fuera había muchos globos y mucha comida por el suelo, como si alguna vez hubiese habido una fiesta.
Más tarde empezamos a escuchar ruidos y nos fuimos de allí corriendo, nunca volvimos a pasar por allí.

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