Joven río, alegre río,
bajas desde tu lecho
con agilidad, soltura y brío.
Sorteas grandes pendientes
hasta que se calme la corriente.
Adulto río, manso río,
tu cauce crece
cuando te acompañan afluentes.
Atrás dejas las grandes montañas,
delante, a lo lejos, el mar.
Viejo río, cansado río,
perezosamente te deslizas
con poca fuerza, desganado,
débil, entregado,
y llegas al mar, tu fin.
viernes, 7 de diciembre de 2007
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