miércoles, 28 de noviembre de 2007

La gitana y el viejo

Hace ya muchos años había un viejecito que le acababa de morir la mujer, el pobre hombre que esteba solo en este mundo´pues no había tenido hijos, pensó durante varios días que su mujer era más joven que el y que ya tendría que ir haciendo el testamento. Cuando estaba llegando a la oficina para hacerlo, una mujer gitana que estaba por allí le preguntó :
-¿A dónde va señor?
-Voy a hacer el testamento por que se me murió la mujer.
-Entonces perdone por hacerle tantas preguntas.
-Oh, no pasa nada.
-¿Y le murió hace mucho?
-Unas semanas apenas
-¿ Le gustaria recuperarla?
-Por supuesto
-Pues no haga el testamento, mañana a la misma hora aquí.
Al día siguiente el hombre que ya llevaba esperando un cuarto de hora, pensó:
-Seguro que esta mujer solo me estaba tomando el pelo.
Cuando se disponía a irse llegó corriendo la mujer.
-Perdone, perdone la tardanza, por favor acompañeme.
Cuando llegaron a la casa de la gitana esta le dijo que el próximo día tendría que traer una vestimenta de esta, su flor favorita, romero, lenguas de sapo y el cepillo fde pelo que usaba.
Al día siguiente trajo todo aquello menos las lenguas pero dijo la gitana que no eran necesarias, pues era broma.
La gitana antes de hechar lo necesario en la olla le advirtió que solo volvería si lo amaba de verdad.
El aceptó, la mujer no volvió. El hombre se hechó a llorar. La gitana lo consolaba.
El hombre después de secarse las lágrimas le confesó:
-no lloro porque no vuelva, pues no vuelve porque sabe que me he enamorado de la mujer correcta, ahora asi.
Alos siete años de estar casados la mujer falleció y el hombre apenado y por no volver a sufrir aquello se murió de la pena.

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