Mi querida bisabuela era una buena persona,
su cabello nevado se compaginaba con su viejo y cansado pero bellísimo rostro.
Te hacía sentir la persona más querida y especial del mundo,
la persona más afortunada por tener al lado alguien como ella.
Un día, el mundo se me cayó encima
me sentí triste, dolida
e impotente de poder evitar este trágico suceso.
Sollozaba consultando con la almohada
si algún día la volvería a ver con su pelo nevado,
y su viejo y cansado rostro.
Si algún día volvería a ver a aquel ángel con ropa vieja y negra,
a ese ángel vestido de abuela.
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