jueves, 10 de diciembre de 2009

Edward y Amy

En una noche nublada de Octubre de 1665, exactamente la noche de Halloween, había nacido un niño llamado Edward, que era diferente a los demás, es decir, que ese niño había nacido muerto pero crecía con el tiempo: iba al colegio, jugaba etc. Durante su infancia fue un niño feliz y abierto a los demás, a pesar de que estaba muerto pero al llegar su adolescencia todo cambió.

En 1775 fue al instituto. Todos se burlaban de él porque tenía la cara muy pálida y muchas ojeras, pero a él no le importaba, no le daba importancia a lo que pensaran de él.

Un día, en la clase de Tecnología, vino una chica nueva. Edward al verla echó un soplido como diciendo "Qué fastidio una pija más para el grupo de las ""Pijas al Poder"".

La chica nueva se presentó y no parecía ser de la clase de chicas a las que les gusta ir de rosa ni que dice "o sea" cada vez que termina una frase. La chica nueva se llamaba Amy. A Amy le pareció un poco sorprendente la cara de Edward, por lo blanca que era.

Amy al llegar a su casa, se puso a investigar lo que le pasaba a Edward, porque una persona no puede tener la cara tan blanca como la tenía él, ni esos ojos azules marino tan bonitos. Amy estuvo toda la tarde buscando en Internet y al final lo encontró: ¡¡Edward era un muerto viviente!! Amy no se lo creía, tenía como compañero de Tecnología a un muerto viviente.

Al día siguiente, en la clase de Lengua, tenían que coger los cumpleaños de todos sus compañeros de clase. Edward era el primero en la lista de clase entonces tenían que poner el cumpleaños de Edward el primero. Cuando se enteraron de que el cumpleaños de Edward era la noche de Halloween, se quedaron como petrificados, porque creían que era un vampiro o algo parecido, pero en realidad era una especie de muerto viviente y vampiro, todo junto a la vez.

En Halloween, tenían que ir disfrazados de algo espantoso. Todos fueron disfrazados, todos menos Edward porque decía que él nunca celebraba Halloween si no que celebraba su cumpleaños.

Nadie le dio las felicidades como debían dársela porque a todos los compañeros de su clase se felicitaban alegremente, haciendo bromas para ellos, a todos menos a Edward. La única que lo felicitó fue Amy.

A salir de clase, Amy le preguntó a Edward si era un muerto viviente y claro él, rotundamente le dijo que estaba loca que él era igual que todos los demás.

Al llegar la noche, Edward se fue al cementerio prohibido, y naturalmente Amy le siguió. Edward se dio cuenta de que le estaban siguiendo, pegó un salto y alzó el vuelo. Voló unos metros más al fondo del cementerio, donde había una mesa de piedra y se quedó sentado mirando para sus pies hasta que Amy corriendo lo siguiera.

Cuando Amy llegó a su lado, este le preguntó por qué lo había hecho, y por qué no lo dejaba en paz que era lo que deseaba de verdad. Amy no se lo podía creer. Su investigación era verdad. Edward estaba muerto, es más estaba muerto desde 1665 y estaban en 1778. Edward llevaba muerto ¡¡113 años!! Pero seguía joven como si no le hubiera pasado nada. Entonces Amy, se dio de cuenta que Edward no envejecía sino que seguiría siendo un adolescente para el resto de su vida.

Edward pensó que debía matarla por haber descubierto su secreto y seguramente si la dejaba vivir, le contaría al mundo que hay seres que no son iguales que los demás sino que están muertas pero hacen su propia vida. Al final se fue volando para su casa dejando a Amy sola en una noche escalofriante como la noche de Halloween.

Amy, al ver irse a Edward, decidió irse también, pero la pobre iba despacio como si un caracol le hubiera pegado la lentitud. Amy se fue pensando en lo que había hecho. Se sentía mal y no podía dejar de echarse a llorar.

Cuando estaba caminando por el bosque se le aparecieron tres personas de la nada, y Amy pegó un grito escalofriante que lo oyeron todos los vecinos del pueblo que había al otro lado del bosque.

Al día siguiente, Edward no fue a clase, ni el siguiente, ni al otro. Amy estaba preocupada pero no sabía qué hacer. Pensó que podía ir a pedirle disculpas a su casa pero el problema era que no sabía donde vivía. Le preguntó a los de su clase y tampoco sabían, pero le habían advertido de que decían que su casa era escalofriante y que nada ni nadie se había atrevido a entrar en esa casa.

Cuando estaba en clase de Teatro, Amy se había quedado mirando para Edward como diciendo " Tú no te irás con nadie solo te quedarás conmigo hasta el fin de los tiempos".

Entonces Edward le había visto y le invitó a su casa porque no entendía los deberes de Historia, se lo dijo a Amy porque ella era un genio, es más, se lo sabía todo sobre los barcos holandeses que venían del Pacífico Sur. Amy aceptó.

Amy le preguntó donde era su casa, y él le respondió, con aire de rebeldía, que la iría a buscar a su casa, aquel mismo día a las cinco de la tarde.

Cuando Amy llegó a casa se empezó a poner guapa porque Edward le gustaba de verdad. Se probó cincuenta mil vestidos, pantalones y camisetas pero no se conformaba con ninguno, hasta que su padre le dio el regalo de cumpleaños, ¡Hoy era su cumpleaños y no se había dado cuenta!

Cuando Amy abrió el regalo no se esperaba lo que había en su interior,¡ Era el vestido negro con su chaqueta de cuero a juego que había visto en una tienda de News States, y toda contenta se fue a probárselo, se lo pondría esta tarde para ir a la casa de Edward.

El momento ideal había llegado, Edward la estaba esperando en la puerta.

Cuando llegaron a la casa de él, Amy estaba muy nerviosa porque nunca había estado en la casa de un chico ni tan cerca de él.

Empezaron con los tipos de barcos, las cubiertas y los buques de carga, y terminaron hablando de lo bien que se lo pasaban en clase de Educación Artística. A las nueve, Amy se tuvo que ir para casa pero no se querían separar nunca. Entonces, Edward tomó una decisión: le pediría salir. Se animó y se lo pidió y claro ella aceptó, pero había un problema tenía que convertirla en vampiro y se lo preguntó. Amy, asustada le dijo que no sabía, que se lo tenía que pensar.

Al día siguiente, Edward se lo volvió a preguntar y le dijo que por él iría a cualquier sitio.

Cuando se hizo de noche, Edward se coló en la habitación de Amy, ella ya estaba preparada para convertirse en algo que todos temían pero a ella le daba igual por Edward haría cualquier cosa.

Al final, Eward y Amy vivieron juntos para toda la eternidad, y tuvieron una preciosa niña llamada Emily.